martes, 31 de julio de 2007

Marcado aumento del consumo de antipsicóticos entre los niños estadounidenses



El número de niños medicados con estos fármacos se ha multiplicado por seis en una década La agencia estadounidense del medicamento no los ha autorizado para uso infantil

05/06/2006
AMÉRICA VALENZUELA (elmundo.es)
"Lunar Park", la última novela de Bret Easton Ellis, describe una sociedad americana plagada de niños medicados para paliar la depresión o el déficit de atención. Una crítica o una visión del futuro hacia el que apunta la tendencia actual. Un estudio recién publicado por la revista médica 'Archives of General Psychiatry' señala que el uso de antipsicóticos entre niños y adolescentes ha aumentado vertiginosamente en los últimos años.

El análisis de los datos de las visitas de menores de 20 años a las consultas de salud mental indica que el número de pacientes de esa edad medicados con antipsicóticos en EEUU ha aumentado de 201.000 en 1993 a 1.224.000 en 2002. Un incremento de casi seis veces.

Los antipsicóticos se prescriben a personas con trastornos mentales que incluyen desconexión de la realidad. Sin embargo, en los últimos años, tanto en EEUU como en España, se están utilizando para tratar patologías no psicóticas, como trastornos de conducta generalizados en los que prima la impulsividad y la agresividad. En muchos casos, los antipsicóticos resultan positivos a la hora de tratar estos síntomas.

Un tercio de los niños que participaron en el estudio recibía antipsicóticos por trastornos del comportamiento, con déficit de atención incluido; otro tercio presentaba síntomas psicóticos; y el resto sufrían desórdenes del estado de ánimo. Además, cerca de un 40% tomaba otro psicofármaco aparte del antipsicótico.

El estudio considera que el aumento de los pacientes pediátricos medicados con antipsicóticos atípicos -a pesar de que la institución que regula los fármacos en ese país, la FDA, no haya aprobado su uso en menores- se debe a las evidencias de que este tipo de antipsicóticos tienen menos efectos secundarios indeseados, como un menor riesgo de síndrome metabólico o temblores. Pero estas evidencias están fundamentadas en ensayos clínicos sobre pacientes adultos.

Necesidad de estudios sobre niños
Por eso, los autores insisten en que "son necesarios estudios controlados para determinar las condiciones clínicas para las que los antipsicóticos de segunda generación son efectivos y seguros". Recuerdan que es importante utilizar el beneficio terapéutico de estos fármacos, pero no hay evidencia científica de que los efectos secundarios sean iguales que en los adultos.

El cerebro de los infantes y de los adolescentes está en pleno desarrollo y los efectos adversos de los antipsicóticos sobre ellos pueden no ser como los de los individuos adultos. De la misma forma, el aumento de peso que provocan estos fármacos puede ser un efecto mucho más grave en un cuerpo de niño que en un individuo adulto.

Entre los antipsicóticos atípicos se encuentran la clozapina, risperidona, olanzapina y quetiapina. Para patologías muy concretas sí existen estudios sobre niños. Por ejemplo, se ha confirmado la utilidad de la risperidona para tratar la irritabilidad en ciertos casos de autismo. También la clozapina ha resultado ser más eficaz que el haloperidol (un antipsicótico clásico) en niños con trastorno esquizofreniforme.

http://elmundosalud.elmundo.es/elmundosalud/2006/06/05/neurociencia/1149530285.html

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